sábado, 16 de abril de 2011


CARAVAGGISTA: GUIDO RENI

¿Guido Reni caravaggista? Sí, pero antes de que nadie se rasgue las vestiduras, ya adelanto, que la adopción del estilo del Caravaggio fue breve. Esto no es de extrañar porque otros que también lo adoptaron, lo abandonaron no mucho tiempo después de su muerte, por ejemplo el que fue amigo de Caravaggio, Orazio Gentileschi. Es normal que los pintores adopten una estética y que la dejen ya sea por otros motivos estéticos o directamente por motivos comerciales.
Guido Reni nació en Bolonia en 1575, fue por tanto, unos años más joven que el Caravaggio. Guido Reni, ha sido uno de los pintores italianos más grandes. Estuvo en Roma ya en 1.601, y conoció directamente a Caravaggio, quien enseguida se dio cuenta que el forastero recientemente llegado era bueno, muy bueno. Los encargos peligraban. Otro rival más en la larga lista de pintores que pugnaban por los encargos en Roma. Se dice, que Reni llegó alentado por Joseppe Cesari (conocido con el nombre del Cavaliere D’Arpino), éste era un importante pintor romano, oficialmente el que más, pues estaba apoyado por el Papa Clemente VIII; no obstante y siendo bueno, sin un talento especial, ahora con buenos contactos y con dotes comerciales. Caravaggio, había trabajado para el Cavaliere D’Arpino, y con él, en esa época, tenía malas relaciones. Así pues, Guido Reni llegó a Roma con la secreta intención, por parte del Cavaliere D’Arpino, de  neutralizar la creciente fama del Caravaggio. También se dice que Reni intentó desde el principio hacerse con cuadros de Caravaggio y estudió detenidamente sus obras. El resultado de ese estudio son unas cuantas obras en el estilo de Caravaggio, pero con un toque delicado y personal de Guido Reni, lo que desde mi punto de vista resulta perfecto y una ocasión más para disfrutar.
Podríamos decir, que una constante en la vida de Caravaggio, y sin que sea esto una simple explicación para su difícil carácter, fue, que en todo momento siempre hubo alguien dispuesto a fastidiarle.
Guido Reni era descrito por la crónica de la época  como muchas cosas de las que carecía Caravaggio. Era alto, elegante, atractivo, delicado, y educado, sentía una gran devoción por la Virgen María, pero al mismo tiempo tenía cierta aversión a las mujeres. Su problema principal era que le gustaba demasiado jugar a las cartas, con lo que acababa perdiendo el dinero que ganaba pintando. ¿A que han oído historias parecidas a ésta con anterioridad? Pues ya ven, a primeros del siglo XVII era exactamente lo mismo que ahora. Así son las cosas de la vida, un pintor sublime como Reni, un hombre con muchas cualidades, perdiendo su dinero en repugnantes timbas de cartas.
Caravaggio era más bien bajo de estatura, vestía ropa buena, al parecer a la moda española de la época, en negro por supuesto, pero la usaba hasta que se hacía andrajos. En su cuidado personal no se esmeraba. Por cierto también le gustaba el juego de “salón”, y de pelota en el exterior. Supongo que Caravaggio a parte de un contrincante artístico y gremial, veía en Reni a un hombre mucho más sociable que él, y dotado de habilidades que él no tenía, por ejemplo la diplomacia.



Este cuadro de Guido Reni se titula “El martirio de San Pedro”, está en la Pinacoteca Vaticana y es un claro desafío al mismo tema del cuadro de Caravaggio, (véase la entrada de fecha 8-1-2011), que se encuentra en la Iglesia de Santa María del Popolo en Roma, incluso tiene un toque irónico por parte de Reni con ese gorrito del esbirro que está en la parte de arriba que recuerda a las figuras del cuadro de Caravaggio “La vocación de San Mateo”,  (véase la entrada de fecha 1-12-2010). El contrato de este cuadro, para decorar la Iglesia de las Tres Fontanas de Roma, iba a ser para Caravaggio, pero el cardenal que lo contrataba, influido por el Cavaliere D’Arpino, fue convencido diciéndole que Reni lo haría “como Caravaggio”. Se comprenderá ahora, que a Caravaggio no le cayera muy bien la presencia de Guido Reni en Roma.
 
Vemos aquí un David contemplando la cabeza de Goliat que se encuentra en el museo del Louvre en París. ¿La cabeza de Goliat no les recuerda mucho a la imagen de Caravaggio? Por lo demás el David aparece muy fino, muy Guido Reni.
La fama de Guido Reni actualmente es relativa. Yo creo que fue un portento de la pintura. Sin embargo, hoy en día, la fama de Caravaggio es inmensamente  más grande, aunque no fue siempre así, porque como sabemos el Caravaggio fue casi totalmente olvidado por el gran público…y por muchos expertos. Reni, con sus características propias, como muchos otros, imitó circunstancialmente el estilo de Caravaggio, y no al revés. Eso es un hecho. Así que Reni fue durante un tiempo, pese a quien le pese,  un pintor caravaggista.
José Luis Cestero. (nobiliano@gmail.com)

domingo, 10 de abril de 2011

Tras las pistas del Caravaggio: su vida en Roma y su técnica (parte II)


 
Retrato de Caravaggio de 1617, (Caravaggio murió en 1.610), de autor anónimo, e inspirado en el retrato realizado en vida del genio por O. Leoni.
        Continuamos indagando un poco en la técnica de Caravaggio, motivados por la exposición romana “La botegga del genio” celebrada en el magno marco del Palazzo Venezia de Roma.
 
La cámara oscura  es un instrumento por el cual se consigue una proyección de un objeto. Esto es, si tenemos una sala cerrada, totalmente oscura y hacemos un pequeño agujero en ella, un objeto que esté en el sitio justo enfrente del exterior, y estuviera debidamente iluminado, produciría  que en la pared opuesta de la cámara, se proyectara una imagen, pero esa imagen se proyectará invertida. La cámara oscura es el principio de la fotografía.
La nitidez de la imagen depende de varios factores, pero es muy importante el tamaño de la abertura del agujero.
Esto se conoció desde la antigüedad, probablemente por pura casualidad, aunque no era del dominio público. Lo sabían muy pocos. Leonardo da Vinci ya describió e investigó este fenómeno en el siglo XV.
La cámara oscura es uno de  los artefactos con los que se especula que pudo ayudarse Caravaggio.
Cierto es que la cámara oscura fue a través del tiempo investigada y mejorada, y es probable que Caravaggio conociera a un filósofo y físico contemporáneo llamado Giovan Battista Della Porta, o al menos su obra, en que habla de la utilización de los espejos, y cuya mayor aportación a la teoría, fue que si en dicho agujero de la cámara ponemos una lente tipo lupa (biconvexa), se gana una gran nitidez y luminosidad de la imagen proyectada.
Durante los siglos XVII y XVIII, la cámara oscura se fue mejorando y llegó incluso a haber modelos portátiles para pintores.
Al parecer la cámara oscura la usaron Durero, (que es bastante anterior a Caravaggio; de 1421-1528), y Veermer –el del famoso cuadro “La joven de la Perla”, que es posterior a Caravaggio, 1632-1675),   o Canaletto, y otros.
El problema principal, al margen de la calidad de la imagen en la cámara oscura, es que al entrar invertida dificulta mucho el trabajo al pintor, para poderla trasladar al lienzo.
¿Qué tal si para resolver eso, lográramos que no fuera preciso dibujar el contorno, sino que la imagen se plasmara en el lienzo cuando la luz entrase e incidiese en alguna sustancia que fuera fotosensible? Así, hay estudiosos como la profesora Roberta Lapucci que han investigado este apasionante asunto y dicen que es muy razonable pensar que Caravaggio pudiera utilizar sustancias químicas sensibles a la luz  que le ayudarán en la fijación primera de la imagen en los cuadros. Unas de esas sustancias podría ser el plomo y el mercurio, metales pesados, de cuya toxicidad no tenían ni idea en aquella época, y que no sería raro que por causa de su utilización incontrolada, el Caravaggio adquiriera, o empeorara, una enfermedad nerviosa o mental. Esto es una teoría muy aguda, porque el Caravaggio, en mi opinión, a medida que avanza su vida, parece sufrir un progresivo deterioro mental.

¿Puede esto llevarnos a pensar que Caravaggio era una especie de fotógrafo? Los que piensen que sí, que intenten pintar un cuadro como Caravaggio con estas cosas…a ver lo que les sale.
Las proyecciones son una referencia, una ayuda, una forma de ganar tiempo para el pintor en su afán por imitar lo natural. Caravaggio no era un fotógrafo, porque para empezar no podía técnicamente serlo, y porque nada podía sustituir en el fondo la mano del pintor.

Hay sin embargo, algo de lo que se está seguro: son las llamadas “incisioni”. Esas llamadas “incisioni” eran unos pequeños surcos que Caravaggio hizo en algunos cuadros, probablemente con el mango del pincel, y que al parecer, daban al genio algunas referencias en la obra, que a él, por diversos motivos le interesaban.
En el impactante cuadro de Judith y Olofernes (véase la entrada de fecha 29-12-2010 donde hablo de este cuadro), existen esas incisioni, y algunas de ellas las he podido ver yo mismo, porque he podido acercarme lo suficiente al cuadro. Así por ejemplo, en el brazo izquierdo y derecho de Judith y en el codo del brazo derecho de Olofernes y en la cabeza, hay incisioni. Yo creo, que en general, estas señales le servían para fijar en el lienzo, (o en la madera, cuando pintaba en madera), algunas señales que le dieran referencia para continuar la sesión, marcando en el fondo oscuro o grisalla, determinados elementos de la composición para después continuar, porque, lo que está claro, es que esas líneas no son dibujos.
En la exposición “Una vita dal vero” se hace un recorrido por los años romanos de Caravaggio, a través de la muestra de documentos originales que demuestran la intensa vida del pintor, llena de contrastes, tal y como era él, que podía estar en los diálogos sobre arte, y la belleza, que eran frecuentes en el palacio del Cardenal del Monte, o estar inmerso en altercados callejeros de baja estofa.
 La exposición se encuentra en una gran biblioteca, alta y con una inmensa cantidad de libros y legajos, bonito lugar pues para la exposición. Los documentos se encuentran lógicamente protegidos en vitrinas, y hay paneles explicativos. Además, se hace una exposición de cuadros de pintores de esa misma época. Los cuadros están bien iluminados, y permiten tomar fotos sin flash, lo cual es siempre de agradecer. Hay un libro editado al efecto que me pareció muy bueno, pero un tanto caro, de hecho no lo compró nadie en el grupo de visitantes que esperaba la hora de nuestra entrada. Se accedía por turnos para evitar aglomeraciones y escuchar a una guía, aunque yo pasé de este último servicio.

 
Aquí podemos ver el retrato que del Papa Clemente VIII hizo Giuseppe de Cesari, conocido por el sobrenombre de Cavaliere d’Arpino, el pintor  favorito de ese Papa, y comercialmente más importante de Roma en aquel momento. Para este pintor trabajó Caravaggio durante algún tiempo, después hubo una profunda enemistad entre ambos. A mi me gustó bastante el retrato hecho por Cesari.
También había cuadros de Annibale Carracci, excelentísimo pintor a quien Caravaggio consideraba bien, y parece que también Carraci consideraba bien a Caravaggio, aunque no siguiera su estilo.
Estaba la segunda versión del cuadro de G. Baglione “Amor sacro y amor profano” de 1602, la primera versión está en Berlín, (véase mi entrada de fecha 18-12-2010 en la que explico la historia de lucha por este concepto artístico). Esta segunda versión yo no la había visto, y es un atractivo de la exposición.
 
El cuadro representa a un ángel, esta vez sin coraza, con pieles. Abajo, a la izquierda, hay un demonio cuya cara se parece a la de Caravaggio. No me extraña. Seguramente no es una casualidad. Al margen de la temática que ofrece el autor, Baglione, y de su interpretación e imitación del claroscuro, el cuadro al natural, me dio una sensación de pesadez mayor que en fotografía. No obstante me resultó curioso verlo, tanto más porque no lo esperaba.
También había cuadros de O. Gentileschi, de Guido Reni de Cecco del Caravaggio y otros.

El broche final es el retrato del Papa Pablo V Borghese, datado en 1605. El cuadro está totalmente limpio y restaurado. Han salido unos colores preciosos. Es un cuadro de retrato oficial, sin ninguna innovación. Es bastante grande 203 x 119 cm. El retrato no se exhibía al gran público desde 1911. A mí me gusta, la expresión: es poderosa, pero no amenazante, está mirando al observador, como si nos estuviera escuchando. Es lo mejor para mi del cuadro, junto con el fondo, con esa división claro-oscuro que le da magnificencia. No obstante, la autoría del cuadro es un tanto controvertida entre los especialistas. Yo diría que sí es de Caravaggio. Bueno, en los próximos años los expertos dirán si debe ser definitivamente incluido en el catálogo de la obra de Caravaggio. Por cierto, este será el Papa que se verá obligado al año siguiente, a firmar la sentencia de muerte de Caravaggio, que estaba fugado, por causa de un homicidio, y el mismo Papa que le hubiera otorgado el perdón de su delito si Caravaggio hubiera podido llegar a Roma en aquél verano de 1.610 … Qué fuerte!
Un saludo.
José Luis Cestero (nobiliano@gmail.com)







domingo, 3 de abril de 2011

TRAS LAS PISTAS DEL CARAVAGGIO: SU VIDA EN ROMA Y SU TECNICA (PARTE I)

Tras  las pistas del Caravaggio: su vida en Roma y su técnica (parte I)
Recientemente he estado en Roma, una vez más, tras las huellas del Caravaggio y de los caravaggistas. La "culpa" en esta ocasión la tiene Enrique, un amigo de Córdoba (Argentina), que raudo y veloz me avisó de una exposición inusual. Se trataba de “Caravaggio: La Bottega del genio”; donde se pretendía mostrar una aproximación a cómo sería el estudio de pintura del Caravaggio, con sus técnicas y trucos. Poco después se anunció otra exposición también en Roma y también inusual, “Caravaggio a Roma: Una vita dal vero”; se trataría, en este caso, de reconstruir la vida del Caravaggio en base a la muestra de documentos originales del archivo del “Stato di Roma”. El plato fuerte era la muestra al gran público de un cuadro de Caravaggio que retrataba al Papa Pablo V, limpio y restaurado, y que no se había exhibido desde hacía muchos años. Si a todo esto, añadimos que yo tenía especial interés por contemplar determinados cuadros, y dejarme sorprender por otros no conocidos, que estaban en la “Galleria Nazionale  d’Arte Antica di Palazzo Barberini”, se podrá comprender que ante tanta tentación lo mejor fuera caer en ella, es decir ir a Roma sin más dilación. Así que agradezco a mi amigo argentino su rápida información y os cuento las impresiones que he sacado. De paso, aprovechemos la ocasión para comentar cosas curiosas de este enigma sin fin que es el caravaggismo.


A la izquierda vista del Palazzo Venezia de Roma donde se celebra la exposición que representa el estudio del pintor.

Ni que decir tiene que lo que voy a contar, como digo, son impresiones, y el resumen resumido del resumen de todo lo que se podría decir, por lo que nada sustituye al hecho de ver las cosas por uno mismo, y por eso, ánimo a todos, a que hagan lo posible por personarse en estas exposiciones, pues todavía están vigentes pero no por mucho tiempo.
Siempre me gusta comenzar por palabras directas de Caravaggio, -las pocas que hay-.
El proceso de 1.603 por difamación contra Caravaggio y otros, a querella de Giovanni Baglione, personaje éste del que ya hemos hablado en otras entradas, fue documentado. Este importantísimo documento judicial y otros que recogen palabras textuales de Caravaggio, se pueden ver en sus legajos originales en la exposición “Una vita dal vero”, que también incluye cuadros de grandes pintores de la época, y como  he dicho la aparición estelar de uno atribuido a Caravaggio, el retrato de Pablo V. La exposición se encuentra en el entorno vetusto del Palacio de Sant´Ivo a la Sapienza, y ha sido una idea de Eugenio Lo Sardo. En la exposición, sólo se puede ver dos páginas de cada uno de los legajos y es difícil entender lo que pone. Eso sí, está todo muy bien presentado y explicado, en una biblioteca grande, muy bien acondicionada para la ocasión. En ese proceso judicial del que hablamos, el funcionario recoge, entre otras, la siguiente manifestación de Caravaggio “…en pintura virtuoso es el que sabe pintar bien e imitar bien las cosas naturales.” Esta es la clave, el fundamento de su pintura, la síntesis en dos palabras, pintar bien y del natural, o sea, técnica y del natural. Caravaggio pintaba del natural. En su pensamiento nada es mejor que lo natural, no hay mejores colores o escenarios posibles para él. . El pintor pinta lo que está ante sus ojos, sin ninguna intermediación, ni dibujos preparatorios, ni esquemas, ni apuntes.

Recordemos una vez más, la obviedad de la importancia para los hombres de aquella época, de poder representar la imagen de las cosas, a diferencia de un mundo como el nuestro en que tenemos interiorizados los medios de comunicación, la fotografía en color, la televisión, el cine, etc. Tuvieron suerte aquellos hombres y mujeres de los que, de su paso por este mundo, quedó un retrato pintado, pues la inmensa mayoría no tuvieron esa suerte.
No se conserva de Caravaggio ni un dibujo preparatorio, ni un esquema, ni siquiera una carta autógrafa. Sólo cuadros, y muchos de ellos no está nada claro que los pintara él. Sé, que para cerrar algún contrato debió presentar algún dibujo previo, pero ni se ha conservado, ni creo que el pintor hiciera mucho caso posteriormente de ese preliminar.
Vista del patio interior del edificio de la exposición Sant’Ivo a la Sapienza.

La confirmación del naturalismo viene dada, entre otras fuentes, porque K. Van Mander, coetáneo de Caravaggio, escribía ya en 1.603: “De hecho él (Caravaggio) dice que todas ellas (las obras de pintura), no son más que bagatelas, niñerías o bobadas –quien quiera que las haya pintado-, si estas no se hacen desde la realidad, y que no puede haber nada más bueno o mejor que seguir a la naturaleza”.
Ahora bien este principio tan radical tiene sus matices, el principal de ellos es que Caravaggio, elegía lo natural, él manipulaba a su antojo lo natural. No era pintor que saliera con el caballete a pintar un paisaje al campo. El buscaba sus modelos, sus personajes, diseñaba sus escenas, las poses, decidía la intensidad de la luz, y sobretodo las sombras. Utilizaba instrumentos, trucos, espejos, etc. Y el lugar donde se fraguaba todo eso era en su estudio (la bottega).

La exposición es original y atrevida. Una idea de Rossella Vodret. Se pueden tomar fotos sin “flash”, lo cual es siempre de agradecer. La exposición nos da unas pistas muy plásticas sobre qué técnicas pudo usar el Caravaggio.
Es muy posible que Caravaggio usara con frecuencia espejo para pintar, como ejemplo más notorio su autorretrato como Baco enfermo, uno de sus primeros cuadros conocidos. No es un cuadro muy grande, y se encuentra en la Galleria Borghese de Roma.


Creo que la técnica más y mejor empleada por Caravaggio fue la de la proyección en estancia oscura. Es decir, Caravaggio buscaba una pequeña ventana o agujero en el techo o parte alta, estando el resto de la estancia oscura, así cuando las condiciones del sol y la luz eran adecuadas conseguía un efecto de foco, que al incidir en los modelos en la oscuridad producía violentos contrastes de luces y sombras. La escena podía ser recogida en un espejo grande acertadamente ubicado. Ni que decir tiene, que los modelos debían pasarse horas posando y lo más quietos  posible, por lo que por lo general debían ser amigos del pintor, o estar pagados. El cuadro, por tanto, suponía no sólo una logística, también tenía un coste económico, de ahí que en los contratos, con frecuencia, se estipularan adelantos de dinero sobre el precio final. El Caravaggio se situaba con el lienzo o la tabla con la luz justa en semipenumbra y pintaba viendo el espejo que encuadraba la imagen. ¿Complicado no?
Esta maravilla de cuadro de Caravaggio se titula Marta y Magdalena,  o la Conversión de Magdalena, y se encuentra en el Instituto de Arte de Detroit.
En septiembre de 1.605 (un año complicado para Caravaggio), Dª Prudencia Bruna, casera de Caravaggio, le denuncia por lanzarle pedradas a su ventana. Tan salvaje reacción, traía causa porque mientras Caravaggio estuvo ausente de Roma, por haber herido a un hombre, la señora, había promovido su desahucio de su casa-estudio alquilada por falta de pago de las rentas de cuatro meses. En la denuncia la Sra. Bruna añade “teniéndome que pagar el alquiler de cuatro meses, y un techo mío de dicha casa que él rompió”. Está bastante clara la razón de que el techo estuviera roto. Es más, el día 2 de agosto de ese año, se hizo un inventario de bienes de la casa de Caravaggio y entre los objetos que se encontraban en su habitación se inventarió “un espejo grande” y un “escudo de espejo”. Y el documento  de este dato importante se refleja en las dos exposiciones. Veamos aquí una foto del original.

Observemos ahora el detalle de la entrada de luz del techo reflejada en el cuadro de Marta y Magdalena.

Aquí puede verse la recreación de la sala de su taller donde están los espejos y algunos otros utensilios que aparecen en diversos cuadros.
Interesantísimas ambas exposiciones. Bueno, lo dejo aquí para una segunda parte, para que no digan que lo hago muy largo.
Saludos, José Luis.
(nobiliano@gmail.com)