miércoles, 24 de agosto de 2011

CARAVAGGIO: FILLIDE LA "TOP MODEL". POSIBLES TENDENCIAS SEXUALES (Y III)

 

Si buscan en internet este cuadro maravilloso de Caravaggio, lo van a encontrar cientos de veces reproducido, y van también a encontrar datos oficiales, como por ejemplo, que es un cuadro bastante grande de 1’73 m. x 1’33 m, pintado al óleo entre los años 1597-1598 y que se encuentra en Madrid, en el Museo Thyssen-Bornemisza[i] por más señas; su título: “Santa Catalina de Alejandría”. Yo les recomendaría que no se crean mucho el título, porque Caravaggio en realidad pintó a una princesa. No a una princesa egipcia. Pintó a la princesa de los barrios bajos de Roma. A su amor imposible, quizá a quien fue su gran decepción y perdición. Se llamaba Fillide Melandroni.[ii]
Fillide (Fillis), no tenía siquiera veinte años cuando se le hizo este “retrato”, tenía aproximadamente dieciocho. Había llegado a Roma procedente de Siena junto con su madre y hermano. Desconocemos los motivos de ese traslado.
Trabajó Fillis desde muy joven en el alterne. Era lo que se ha dado en llamar una cortesana. Empezó pronto en la profesión porque en aquella época todo se hacía a una edad más temprana que ahora: se empezaba a trabajar antes, se casaba la gente antes, se tenían hijos antes, y todo era antes, por una sencilla razón, la gente, de media, también se moría antes.
La conoció Caravaggio probablemente en alguna de las frecuentes correrías nocturnas por alguna taberna, calle, o casa de poca reputación de Roma, seguramente junto  con sus amigos Onorio Longhi o Mario Minniti[iii].
Hombres jóvenes desafiantes, mujeres jóvenes tan atractivas que no pueden pasar desapercibidas, hormonas en exceso… Este es el terreno abonado de las pasiones. Y como se sabe, las pasiones llenan mucho, pero también desgastan mucho. Los problemas, eso era seguro, no tardarían en llegar.
Las crónicas policiales describen a Fillide como una mujer de rompe y rasga, deslenguada y celosa, con cierta propensión a ajustar cuentas con otras compañeras de profesión navaja en mano, y un interés especial por cortar la cara de las rivales, lo que significaba una humillación especial para la víctima, sobretodo si era un mujer ¿Se la imaginan junto a Caravaggio? Eso debió ser como la nitroglicerina. La chispa del explosivo seguramente se llamó Ranuccio Tomassoni ¿Lo recuerdan?[iv] Fue el joven caballerete de tendencia hispanófila, que controlaba algunas chicas, intermediando en determinados servicios de necesaria discreción, que se prestaban en fiestas y saraos por algún que otro palacio, incluso palacio cardenalicio…, y que junto con sus hermanos dominaban el barrio. Siempre que aparece Fillide en escena, aparece también Ranuccio Tommasoni, así que, aunque sólo hubiera sido simplemente una modelo para posar, Caravaggio hubiera tenido que bregar con la presencia del tal Ranuccio Tommasoni.
Volvamos al cuadro. Al parecer el Cardenal del Monte, protector de Caravaggio tenía gran devoción por Santa Catalina de Alejandría. La tradición católica sobre ésta mártir es alucinante: Catalina, hija de familia y de clase alta en Alejandría, tocada por la gracia divina de Cristo intentó convertir al idólatra Emperador romano Maximiano –que estaba de visita en la Ciudad-, pero éste abrumado por sus argumentos, mandó llamar a 50 sabios que rebatieran a la joven Catalina, cosa que no pudieron hacer ante la superioridad argumentativa de la Santa, por lo que encolerizado el emperador los ejecutó (¡!), no sin antes obligar a casarse a Catalina con uno de ellos. Esta se negó totalmente, y al desobedecerle, mandó que fuera torturada con una rueda con pinchos, pero en el justo momento que la iba a tocar a Catalina, se rompió como consecuencia de que se había lanzado por el cielo un rayo divino. Enterado el Emperador, ordenó que directamente se le cortara la cabeza con espada. Que se sepa, eso no fue impedido.
  La dama del cuadro, Fillide, vestida con suntuosas telas de la época en que se pinta el cuadro, y que sin duda eran suyas propias, están magistralmente pintadas. Destaca ese almohadón rojo en el suelo sobre el que está de rodillas. La iconología sobre el cuadro[v] es bastante interesante con una aureola apenas remarcada en la cabeza, lo que le da su carácter oficial de Santa; esa rueda con pinchos rota que evoca el primer martirio de Santa Catalina, y que fue impedido por un rayo divino que cayó y rompió la rueda. La hoja de palma como la gloria final de la martir. Sin  embargo lo que más destaca es la espada, larga, fina, ya ensangrentada sobre cuya hoja se hace descansar dos dedos, y que predice el final, según la tradición, por decapitación de la Santa. Era una de las espadas de Caravaggio. El pelo estudiadamente peinado con raya al medio, es largo y pelirrojo con unos reflejos muy bonitos. La cara en gran parte iluminada por la derecha, pone de relieve la belleza de la modelo. La interpretación de la expresión de la cara la dejo a merced del lector. Por último, hacer la mención que ha hecho algún agudo autor[vi], de que el dedo anular de la mano izquierda de la modelo que descansa sobre la empuñadura de la espada podría estar deformado (quizá por alguna fractura mal curada), extremo que comparáremos en otros cuadros.
Que Fillis era una belleza es algo evidente. Caravaggio la utilizó en dos excelentísimos cuadros más, que ya los hemos presentado en este blog, y que no me resisto a volver a poner.
 
Este otro cuadro se titula “Marta y María Magdalena”,  se encuentra en el Instituto de Arte de Detroit. Datado en 1598-1599. Ya conocen los seguidores del blog mi afición por el tema de las Marías Magdalenas[vii]. Esta vez, Magdalena se encuentra acompañada por Marta, su hermana. El cuadro expresa el preciso momento en que la cortesana, todavía con prendas lujosas, y con el espejo símbolo de su vanidad, recibe el testimonio de su hermana Marta, la cual está en semipenumbra, y que le está contando y enumerando los milagros de Cristo. En ese instante la luz divina reflejada en el espejo va a hacer que la vida de Magdalena cambie por completo. Así de una vida en el pecado, pasará a una vida de seguimiento a Cristo.
Fillis nuevamente se nos aparece con una belleza y con una presencia importante. Lleva en la mano una flor de azahar, lo que recuerda al tema pictórico clásico de Flora. Sobre la mesa un peine al que le falta una púa, (Caravaggio gustaba de hacer con frecuencia estas cosas: y estos “defectos”  ponían muy nerviosos a los clásicos inmovilistas, que no gustaban de imperfecciones y bromas en cuadros de santos). Atención, también en la mano izquierda sobre el espejo, efectivamente, aparece un tanto hundido el dedo anular, y que puede ratificar la observación de que Fillis podía tener una lesión en dicho dedo. En la oscuridad del espejo curvo se observan unos toques en rojo que son lejanos reflejos de la manga de Magdalena, un detalle que me encanta. Comentaros el hecho de que el fondo del cuadro no es demasiado oscuro, especialmente en la parte de Marta, aunque se pone de manifiesto que la misma también es una mujer con un precioso pelo y perfil, al igual que su hermana. Es más oscuro el fondo en el de Magdalena, que, ensalza el contraste con la claridad de su piel. El pelo pelirrojo, raya en medio, recogido y tirabuzones. Esto lo volveremos a ver de nuevo en otro gran cuadro.
 
En este impresionante cuadro titulado “Judit cortando la cabeza a Holofernes” de 1598-1599; que está en la Galleria Nazionale de Arte Antica del Palacio Barberini de Roma, y en que aparece nuevamente nuestra invitada especial, Fillide Melandroni, sólo quiero remarcar sobre lo que ya dijimos en la entrada de fecha 29-12-2010 cuando hablábamos de las cabezas cortadas, que el supuesto naturalismo absoluto de Caravaggio no es rigurosamente cierto, supuesto que había ciertos elementos en ciertos encargos que él no podía extraer del natural, la cabeza cortada de Holofernes es un ejemplo evidente, la separación de la cabeza del cuerpo cortada por la espada tuvo que imaginarla y pintarla. Por otra parte, Fillis no lleva un traje tan suntuoso como en otras ocasiones, un poco más de campaña, debido a “la operación” a realizar. Es impagable el rostro de la joven con esa expresión de sutil repugnancia que no apaga su gran belleza. El pelo es levemente pelirrojo, casi un poco más rubio diría yo. Probablemente usaba algún tipo de tinte o decolorante, las mujeres de la profesión saben, y sabían bastante de estas cosas. El pelo con raya en medio, tirabuzones y moño. Un detalle a observar: el pendiente es una cinta negra con una perla, después se verá porque este detalle puede ser significativo. La mano izquierda donde Fillis pudo tener una lesión en el dedo anular, está en casi total oscuridad, lo que indica una posible intención de encubrir el defecto. La presencia de la vieja sirvienta se limitará recoger la cabeza una vez cortada por la heroína.

¿Qué pasó finalmente con Fillide y Caravaggio? Pues no es nada fácil contestar a esa pregunta. Vamos por partes. No tenemos hasta la fecha un documento que nos certifique la creencia de esa relación personal, pero tenemos, o mejor dicho teníamos otro cuadro más:

 
Este cuadro se titula “Retrato de la cortesana Fillide Melandroni”, datado en 1598-1599 de 63 x  53 cm. Y digo que lo teníamos porque se quemó junto con otros dos cuadros más de Caravaggio, en la torre de artillería antiaérea de Friedrichshain en Berlín, en el año 1945. Sólo nos queda la fotografía que analizaremos en la medida de nuestras posibilidades y daremos una opinión.
Por otro lado, tenemos un documento importante. Tenemos el testamento de Fillide Melandroni. Dicho testamento fue otorgado en octubre de 1.614. En el mismo Fillis lega una serie de cantidades a iglesias, y a centros benéficos, pero en lo que nos interesa, dice específicamente que tiene en su casa un cuadro o retrato de la mano de Miguel Ángel de Caravaggio que pertenece a Julio Strozzi, por lo cual quiere que se restituya a dicho señor.
Varias dudas más nos asaltan. Sabemos que el cuadro lo pintó Caravaggio, pero ¿quién lo encargó? Primera teoría, lo encargó Julio Strozzi que amaba a Fillide, no pudo retenerlo consigo y lo dejó en depósito, o directamente se lo regaló. Segunda teoría, lo encargó Fillide y se lo regaló Caravaggio, luego tras una ruptura, Fillide se lo vendió a Strozzi, ya que la firma de Caravaggio se cotizaba mucho, pero se lo quedó ella en depósito porque no era bien vista en la familia de Strozzi, y el cuadro podría verse perjudicado si no estaba en lugar seguro. Tercera teoría, fue desde un principio un regalo de Caravaggio, que luego Fillis vendió a Strozzi porque necesitaba dinero, si bien lo mantuvo en depósito. Cuarta teoría, el cuadro fue encargado por el coleccionista Vincenzo Giustiniani en cuyo inventario de 1638 ya aparece entre otras obras de Caravaggio de su propiedad. ¿Pudo ser Giustiniani uno de los clientes de alto nivel de Fillide? No lo sabemos, pero no me extrañaría. Ahora bien, es muy posible que el retrato le fuera vendido por Strozzi, o por su familia, al rico coleccionista. Colección que posteriormente fue vendida al rey de Prusia, y es por eso, que aparece y después desaparece en Berlín. En contra de esta última teoría está el hecho de que, entre que se pinta el cuadro y aparece en el inventario pasan muchos años.
Como ven, y como siempre digo, todo lo relativo a Caravaggio está inmerso en un mar de dudas y misterios derivados, en su mayor parte, de que son cosas sucedidas hace más de cuatro siglos de las que sólo tenemos indicios.
¿Fue posible una relación personal Fillis-Michelangelo Caravaggio? No sólo fue posible sino probable. Así lo sugieren algunos autores como Langdon o Schütze[viii], y yo modestamente me sumo a esa opinión. Se basa la misma, no sólo en los reiterados modelados con el pintor, sino también, en que el homicidio de Rannucio Tommasoni a manos de Caravaggio, pudo tener entre sus causas  profundas la disputa sobre Fillide. Esa disputa venía de un odio personal con origen al menos seis años antes de cuando sucede la pelea en que muere Ranuccio y queda herido Caravaggio. Esto en cierto modo, ayuda a desmontar la afirmación categórica en algunos sectores, sobre la supuesta homosexualidad declarada o la pederastia, que algunos alegremente atribuyen al Caravaggio sin la debida prudencia.
El retrato de Fillide por una parte nos aclara algo, que fue importante, y que alguien tuvo interés especial por ella, pero por otra parte, nos sume en otras dudas adicionales. Miren la imagen y verán una mujer de pelo moreno, cuando hemos visto el color pelirrojo de los otros cuadros. ¿Una peluca? Las pelucas ya se conocían en el antiguo Egipto y se pusieron de moda generalizada en el S XVII y XVIII. Una mujer  que presta mucha atención a su  imagen, como es de esperar de una cortesana de lujo, es fácil que pudiera llevar peluca, sintiéndose así más atractiva para la posteridad. También observen el pendiente, perlas, como en Judit y Holofernes; hay que pensar que a la modelo le gustaban ese tipo de pendientes de perlas. El tipo de ropa a la moda del momento y muy parecido al de los cuadros vistos, especialmente con el de la Marta y Magdalena. Un ramito de flores en la mano derecha, parece jazmín o azahar quizá; muy parecido nuevamente al cuadro antes citado de Magdalena. Las cejas el color de las pupilas podrían ser prácticamente las mismas, pero y ahora vienen mis dudas ¿no es la cara un tanto más redonda y la papada un poco pronunciada? Y sobretodo, detalle muy importante, veo que el labio superior en el retrato es más fino, menos carnoso que en los otros tres cuadros. Quizá Caravaggio no estuvo muy inspirado en esta ocasión, o quizá no se trata de la misma persona como algún autor ha aventurado[ix],  el caso es que no lo tengo claro. ¿A usted lector que le parece?
Tras estos cuadros para particulares, el prestigio de Caravaggio creció, y pronto le llegaron los grandes encargos públicos para algunas iglesias romanas. Sea como fuere, debió haber una ruptura con Fillis por causa de Rannucio o por el carácter explosivo de los personajes porque en 1.602 Caravaggio ya se encontraba trabajando con otra modelo, la llamada Lena.[x]
Ya sabemos que tras la muerte de Ranuccio Tomassoni tuvo Caravaggio que huir de Roma, a la que ya no volvería.
Fillide Melandroni que tenía para entonces una relación con Julio Strozzi con perspectivas de matrimonio, no fue aceptada por la familia de éste, y presionada tuvo que marcharse de Roma un par de años. Volvió, y cuatro años después, falleció la bella Fillide Melandroni en 1.618 –ocho años después que muriera Michelangelo de Caravaggio con el que tuvo una relación imposible-, y pese a las dadivas previstas en su testamento a algunas iglesias romanas e instituciones de caridad, no le fue concedido, por la vida que había llevado, el ser enterrada en tierra bendecida.

Hasta la próxima.
 J. Luis Cestero


P.D. Mi amiga Dolores García Ruiz ha abierto nueva página web en www.doloresgarcia.es, recomiendo fervientemente su visita a todos los aficionados a la pintura y especialmente a los que les guste Leonardo da Vinci, pues allí van a encontrar información muy amena de una especialista, y suplementaria sobre su magnífica novela “El secreto de Monna Lisa”. De verdad, no se lo pierdan.


[i] Siempre agradecidos a Carmen Cervera que quiso que la Colección Thysenn-Bornemisza estuviera en España, donde podemos disfrutar no sólo de dicha colección, sino también de gran parte de su colección particular.
[ii] Léase “Filide”, fue también conocida más familiarmente por “Fillis” (Filis).
[iii] Véase la entrada en el blog de fecha 8-1-2011 “La banda del Caravaggio”.
[iv] Para mayor información sobre Ranuccio Tomassoni véase la entrada de fecha 28-1-2011 “Caravaggio Homicida”.
[v] Iconología es la ciencia que estudia e interpreta el significado simbólico de las imágenes representadas en las artes visuales.
[vi] Robb “El enigma de Caravaggio” pag. 302.
[vii] Puede verse algún comentario técnico sobre este cuadro en la entrada de fecha 3-4-2011.
[viii] H.Langson, Caravaggio, pag. 367 o bien S. Schütze, Caravaggio Obra Completa pag. 186.
[ix] H. Langdon, (pag 180 y 204),  citando también a Barbiellini habla de la posibilidad de que se tratase de Geronima Giustiniani, mujer de familia de alta alcurnia a la que no veo posando largas horas para Caravaggio, cosa que hacían los modelos por dinero o para ser retratados; no obstante es una posibilidad.
[x] Véase mi entrada en el blog de fecha 3-7-2011con ocasión del comentario del cuadro “La muerte de la Virgen”