En nuestro periplo por los pintores que sí conocieron a Caravaggio personalmente no debemos olvidar a uno no muy conocido pero que abrazó con fervor las ideas del “maestro”, se trata de Carlo Sellitto (léase Carlo Selito).
Cuando Caravaggio huido de Roma llega a Nápoles en 1.606, es bien acogido por los pintores del lugar, especialmente por los jóvenes. Uno de ellos fue Battistello Caracciolo (véase entrada de 7-5-2011), otro fue Louis Finson (véase entrada del 14-6-2011), y otro más fue Carlo Sellitto. Así, Carlo pintó bastantes obras que lamentablemente se han perdido, y eso unido a que murió bastante joven (33 años), sólo cuatro años después de morir Caravaggio, no ha ayudado a su conocimiento.
Pocas obras se pueden encontrar de él fuera de Italia. En el Museo del Prado, por ejemplo, no creo que tenga ninguna.
Voy a ofrecer tres de ellas:
Esta primera representa a Santa Lucía, patrona de los invidentes y de quienes tienen problemas de la vista, en que todavía tiene los ojos, pero se los van a arrancar pronto, y van a ser depositados en la copa que tiene en la mano, o bien ya se los han arrancado, están en la copa, y fiel a la tradición sigue viendo de forma milagrosa. Está en el Museo Regional de Messina. Impresiona la expresión de gravedad de la Santa pero al mismo tiempo de seguridad en sí misma.
Este cuadro de tres cuartos, se titula “Salomé recibe la cabeza del Bautista”, entra directamente en el tema muy de moda en la época, y del que ya hemos hablado en otras ocasiones: cabezas cortadas que impresionan al espectador. Pueden verse las entradas de 29-12-2010, y 28-1-2011 cuando hablo de Artemisa Gentileschi, o de 7-5-2011 en ocasión de comentar a Battistello Caracciolo.
Por último este cuadro del Museo de Capodimonte es ya para quitarse el sombrero. Se trata de una sensual “Magdalena penitente”. Me encanta este cuadro de Carlo Sellitto. La modelo debió estar contentísima porque la ha sacado bellísima.
El tema de María Magdalena ha sido muy recurrente en la pintura. En la tradición cristiana esa María del pueblo de Magdala era una mujer bella y pecadora. Pecadora, como no, de pecados sobre todo de la carne, esto es prostituta. Pero el encuentro con Jesús que le exorciza de siete demonios, (nada menos), y entonces ve la luz divina, no sin previamente pasar por un proceso de penitencia. De hecho es la primera testigo de la resurrección de Jesucristo. El arrepentimiento conlleva el gran premio de la gracia, el conocimiento y vivencia del gran misterio, ese es el mensaje religioso. Ustedes pueden ver en internet todo tipo de comentarios y teorías actuales sobre si Magdalena fue mujer o amante de Jesús, etc, pero eso se sale del objetivo de este blog. Para nosotros lo importante es cómo imaginaban los pintores a la Magdalena. La imaginaban de gran belleza, sensual, arrepentida, ascética, penitente, pero incluso voluptuosa, y que enseña un trozo de piel más de lo generalmente permitido. El tema tiene por tanto, un componente dramático y un componente sexual, pues no dejaba de ser una buena excusa para retratar la belleza de una mujer. Como digo, se ha pintado mucho y en este blog veremos bastantes Magdalenas, muchas de ellas memorables. El Museo del Prado, por poner un museo grande, tiene más de veinte Magdalenas.
Volviendo al cuadro de Carlo Sellito, vemos que Magdalena se apoya sobre una calavera que representa la vanidad de la belleza pasajera y a donde todos llegaremos. Belleza y muerte, una combinación siempre inquietante. ¿Les ha gustado?
Saludos. Hasta pronto.
José L. Cestero (nobiliano@gmail.com)
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