sábado, 8 de enero de 2011

LA BANDA DEL CARAVAGGIO. CARAVAGISTA: LIONELLO SPADA





        Que Caravaggio tuvo un carácter, digamos, “difícil”, es algo sabido por muchos y diferentes testimonios. No obstante lo dicho, tuvo apoyos, tanto de la clase social más alta, como de amigos y compañeros de profesión, juergas y aventuras.
        Cuando en el proceso por injurias a Baglione –del que ya hemos hecho comentario-, es preguntado Caravaggio sobre los pintores que conoce en Roma y cuáles son sus amigos, declara, entre otras cosas, que conoce a Mario, (es Mario Minniti del que ya hablamos un poco en una anterior entrada) y sobre el que dice que hace tres años que no habla con él, probablemente para encubrirlo. También habla de Bartolomeo, (es Bartolomeo Manfredi del que hablamos en la anterior entrada), y sobre el que dice que fue criado suyo, pero que hacía un par de meses que se había marchado de la ciudad, probablemente también para encubrirlo. Sigue hablando de otro amigo pintor llamado Tempesta, (es Antonio Tempesta, pintor y grabador, al que había conocido en el palacio del cardenal Del Monte, su benefactor principal). Otro pintor y amigo suyo es Prospero, (se trata de Prospero Orsi). Reconoce que es muy amigo suyo Onorio Longhi (u Honorio Longo como se encuentra escrito otras veces), pero niega su implicación en los hechos de la denuncia. Este Onorio Longhi era arquitecto o maestro de obras, de familia bien… y diestro con la espada. Por otra parte, pone especial hincapié en señalar que Orazio Gentileschi no es amigo suyo porque hace  años que éste no le habla, (de este pintor  caravaggista y de su hija hablaremos en una próxima ocasión), probablemente participó en el delito y también trataba de encubrirlo.
        Faltaba mencionarse a otros dos amigos pintores caravaggistas: Ottavio Leoni y Lionello Spada.
        Ottavio Leoni fue amigo suyo desde que junto con Mario Minniti  se conocieron en el palacio del cardenal Del Monte. Este pintor es quien realiza el famoso retrato de Caravaggio que se puede ver en la entrada de 10-12-2010.
Lionello Spada no es mecionado en el proceso ni posteriormente, y sin embargo, se ha proclamado por un biógrafo llamado Carlo Cesare Malvasia en 1678, una serie de historias y detalles importantes que hacen pensar que Spada y Caravaggio tuvieron una intensa relación personal. Sin embargo, esto es negado por Peter Robb en su libro biográfico del Caravaggio, con un fuerte argumento: Spada no llegó a Roma hasta 1608, (esto es, dos años después que Caravaggio hubiera huido de Roma por homicidio), por lo que no pudo conocerlo allí. Pero algunos de los detalles que ofrece Malvasia son tan concretos y atrevidos que por inverosímiles resulta difícil no creer a un biógrafo, que, aunque escribió bastantes años después de la muerte tanto de Caravaggio como de Spada, se le ha de suponer que procuró estar informado. Por otra parte, -y sin discutir que el primer documento en que se constata la presencia de Sapda en Roma sea de 1608, aunque Robb no dice cuál es-,  que no aparecieran documentos que certifiquen la presencia anteriormente a 1608, no significa que necesariamente no hubiera podido estar antes. Frecuentemente nos encontraremos con casos de dudosa datación, en cuanto a si un determinado pintor tuvo contacto o no, con otro. Afirmar o negar las cosas tajantemente siempre es arriesgado. No olvidemos que estamos hablando de hechos reales o supuestos que ocurrieron alrededor de hace cuatro siglos. ¿Pero de qué detalles habla Malvasia? Por ejemplo, que Caravaggio otorgó una buena bienvenida a Lionello. Que Spada posó para él desnudo, posiblemente para un San Juan Bautista. Que el personaje que está de espaldas en la Vocación de San Mateo y lleva espada (¡qué curioso!), es Lionello Spada, que Guido Reni –excelso pintor boloñés- informó mal sobre un posible encargo a Spada, y sobre el que estaba también interesado Caravaggio, llevándose el contrato finalmente otro pintor. Que Caravaggio lo tuvo secuestrado durante unos días para que no se marchara, etc.
        Así, podríamos decir que la “banda del Caravaggio” en los últimos años del S XVI y primeros del S XVII, aunque no todos simultáneamente, estaba compuesta por Onorio Longhi –quizá éste fuera el más temerario-, Orazio Gentileschi, Mario Minniti, Antonio Tempesta, Prospero Orsi, Ottavio Leoni, y Lionello Spada. Unos sujetos de cuidado. Hombres jóvenes en una Roma católica y contrarreformista  a más no poder por la superficie; y viciosa, y turbia en los bajos fondos.
        Esta banda no sólo se limitaba a tener una pugna estética o conceptual sobre la pintura, o por los encargos de cuadros, como ya dijimos, con otros pintores, como Baglione o Tommaso Salini (Mao), o con el Caballero d’Arpino, (así llamado Giuseppe Cesari, famoso pintor en Roma, y para el que Caravaggio trabajó en los primeros tiempos para luego distanciarse de él, y llegar posteriormente a una profunda y mutua animadversión).  La “banda”, que se movía  por ambientes de aventuras y lances, apuestas, tabernas y prostitutas, como no podía ser menos,  y siempre es así, tenía una banda rival, la de los hermanos Tomassoni y sus amigos.
        La cosa no era una broma. En el inventario que se hace a los bienes muebles del Caravaggio, como consecuencia de  un desahucio, se levanta acta de la existencia de dos espadas y tres puñales. Esto es un dato objetivo.
La sangre llegó al río en más de una ocasión… hasta que se llegó a un homicidio. Y sin embargo, el arte era posible. Pero no adelantemos acontecimientos, pues este asunto del homicidio será motivo de otra entrada, ya que fue de suma importancia, tanto para la vida de Caravaggio y algunos de sus amigos, como para la los cuadros y la historia de la pintura que es lo que nos interesa.
Hoy, prestaremos atención a uno de la “banda”, un caravaggista muy interesante del que no se sabe mucho todavía: Lionello (o Leonello) Spada.
El primer contacto con el nombre de Lionello Spada lo tuve en San Petersburgo, en el museo del Hermitage; cuando entré en una sala y vi este cuadro:


En un primer momento –la foto está tomada en ese momento-, estaba confuso porque yo creía que era un cuadro de Caravaggio. Lo había visto en lámina y me sonaba que estaba en Roma, así que tuve que acercarme y leer el letrero  entonces leí el nombre de Lionello Spada. El cuadro con el que me confundía era este:


Este cuadro y aquél se titulan la Crucifixión de San Pedro.
Este de Caravaggio, se encuentra en la Iglesia de Santa Maria del Popolo en Roma. Los dos cuadros me produjeron en el momento que los vi, una gran impresión, y hoy también cuando veo las fotos.
        Aunque quizá me impactó más el de Spada, que no me lo esperaba, porque el de Caravaggio cuando lo vi en Roma ya me lo sabía de memoria.
Tras el impacto inicial en aquél inmenso museo ruso que llega a aturdir sala tras sala, todo se aclaró para mí, y no hacía más que pensar que ese Spada era un pintor excelente, y que se parecía mucho a Caravaggio. Veamos una foto más nítida del cuadro:

        Después cuando volví del viaje quise saber algo más de Lionello Spada, un pintor desconocido para mí.

        ¿Quién fue Lionello Spada?  Lionello era unos cinco años más joven que el Caravaggio, y sobrevivió a este unos doce años. (1576-1622). Llegó procedente de Bolonia a Roma como aprendiz para triunfar, como tantos otros jóvenes pintores, llegó a ser discípulo de unos pintores importantes en Roma, llamados de apellido Carraci. Pero se ve, que, al conocer la obra de Caravaggio se quedó impresionado por su estilo.
        Veamos un cuadro de Spada que está en el Louvre:

        Un fondo negro absoluto cede ante unos drapeados impresionantes, y ante la cara del hijo pródigo, -que sola ya, valdría la entrada del museo-. La mano del padre aparece por el hombro del hijo para arroparlo cariñosamente.

Sí que es cierto que a Lionello Spada le llamaban despectivamente “el mono del Caravaggio”. Su estilo durante una época, muy cercano al genio Caravaggio, evolucionó también hacia otros estilos. Las evoluciones estilísticas suelen ocurrir también a muchos otros pintores.
No es fácil encontrar obras de Spada. Por ejemplo, el Prado no tiene ni una, que yo sepa.
Para finalizar un cuadro de Spada que se encuentra en Roma en el Palazzo Barberini. Se trata de “San Jerónimo escribiendo”. El tema de San Jerónimo fue utilizadísimo. Se presenta como un anciano anacoreta, casi desnudo, escribiendo o meditando. Suele incluirse un cráneo para recordar dónde quedarán las vanidades.


¿No es impresionante el cuadro? Destacan las posiciones de los objetos y la piel del viejo San Jerónimo. Por poner alguna pega, diría que el brazo derecho me parece un poco más musculado de lo que sería de esperar en alguien tan mayor.
Veamos ahora otro San Jerónimo, esta vez en meditación, realizado por Caravaggio y que se encuentra en Monserrat. Es uno de los pocos cuadros del maestro que hay en España. Destaca por su violento claroscuro, y por la figura que se encuentra en grandes partes de su cuerpo sumergido en la penumbra, lo que le da un ambiente de recogimiento y reflexión muy acentuado. El drapeado blanco y rojo sobrecoge, así como la calavera, que ni siquiera se ve por completo.
Bien, hemos presentado a un pintor caravagista poco conocido, pero en mi opinión muy recomendable como Lionello Spada. Hemos visto que sigue fielmente ideas y estilo del maestro y pinta cuadros excelentes. Una gozada en suma.

José Luis Cestero (nobiliano@gmail.com)


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