domingo, 28 de abril de 2013

CARAVAGGIO: LA PALIZA JUNTO A LA OSTERIA DEL CERRIGLIO


Caravaggio llega de nuevo a Nápoles, en la segunda parte del verano de 1.609. Sobre esta segunda estancia Giovanni Baglione, su paradójico biógrafo, dice: “Perseguido por su enemigo le convino volver a la ciudad de Nápoles”. Es decir que, según él, estaba perseguido por un enemigo cuyo nombre Baglione no sabe, o si lo sabe, no lo dice; pero que por el contexto de cómo lo dice, se da a entender que el perseguidor era el caballero que fue herido en Malta (véase la entrada en este blog “Caravaggio en Malta (Parte II), los enigmas persisten” de fecha 14-4-2.012)

         Sin embargo, digamos de entrada, que Baglione no estaba en Nápoles, estaba en Roma. Y que él mismo podía haberse puesto gustosamente en la lista de enemigos de Caravaggio; por lo tanto, el relato que hace de los hechos de la vida de éste, está realizado, por lo menos en toda la última época de la vida de Caravaggio, desde la síntesis y referencias de otros, y también, y ello resulta obvio, desde el resentimiento profundo, por no decir odio, al biografiado.

¿Quién podía ser ese enemigo del que habla Baglione y no nombra? Desde hace no mucho tiempo se sabe el nombre: El Conde Della Vezza, esto es el caballero Giovanni  Rodomonte Roero, véase nuevamente “Caravaggio en Malta (Parte II), los enigmas persisten” 14-4-2.012.
 
En la Posada u Ostería del Cerriglio, aparte de buena comida y lugar de reunión, cartas, vino y juerga; muy frecuentado y conocido en Nápoles, había una entrada secreta para caballeros que preferían la discreción y daba acceso a habitaciones donde se ejercía la prostitución, (se ha sugerido que también, o en mayor medida, masculina). Era “el sitio” en la Ciudad. ¿Y cómo iba a faltar Caravaggio a ese ambiente tan atractivo para él?
 
 
 
Un bonito y curioso cuadro del napolitano Museo de San Martín, titulado: "Vista de Nápoles desde el vuelo de un pájaro", donde el autor de origen francés, Didier Barra, imaginó en 1.647 (!!) cómo sería la ciudad desde muy alto, a vista de pájaro. Nótese el imaginativo cielo y lo intrincado de sus calles. Quienes hayan estado en Nápoles reconocerán algunos edificios emblemáticos. Didier Barra falleció en Nápoles en 1.656

Es un hecho relatado por otro de sus primeros biógrafos, apellidado Bellori,  que a la salida y cerca de esa Ostería del Cerriglio a Caravaggio le pegaron una fuerte paliza, y le desfiguraron la cara. Así se constata documentalmente en la biblioteca vaticana donde consta archivado un “avviso”, o anuncio de una noticia para general conocimiento, de interés en Roma. El “avviso” está fechado el 24 de octubre de 1.609, así que yo calculo que la agresión pudo haber tenido lugar sobre el 15 de octubre de 1.609, en razón de la probable tardanza en torno a una semana en llegar la noticia a Roma. El “avviso” que nos ocupa dice:

 “Desde Nápoles llega la noticia de que el célebre pintor Caravaggio ha sido asesinado, y otros dicen que ha sido desfigurado”.

 Es ciertamente inconcreto, pero nos aclara al menos cuatro cosas: El lugar donde ocurrió, la fecha aproximada, y que pese al tiempo transcurrido Caravaggio seguía siendo una celebridad, por otra parte, había un grado elevado de confusión sobre lo ocurrido en Nápoles, pues quien escribía, tenía informaciones diferentes sobre el resultado de lo ocurrido: asesinado o desfigurado.

¿Qué sucedió? Pues el “avviso” ayuda, pero no del todo, y como casi siempre pasa con Caravaggio no se sabe seguro lo ocurrido.

Hay varias posibilidades:

1.- La más apoyada en la actualidad es que el Conde Della Vezza ayudado de otros, le dio caza, y se vengó por lo sucedido en Malta.

2.- Otra teoría especula con la posibilidad de que fueran unos sicarios que le perseguían, enviados desde Malta, pero no el aludido Caballero maltés en persona. Se ha sugerido que quizá enviados por Alof de Wignacourt (Gran Maestre de la Orden de Malta).

3.- Que se tratara de familiares, amigos o sicarios enviados desde Roma para vengar la muerte de Ranucio Tomassoni (véase la entrada de fecha 28-1-2011)

4.- Que la paliza tuviera como motivo hechos nuevos, desconocidos, y añado la posibilidad de que esos motivos desconocidos tuvieran su génesis dentro de la Ostería del Cerriglio.

En la biografía actualmente de referencia, que es la de Andrew Graham-Dixon, se decanta por la primera de las posibilidades, y prácticamente la da por segura. No obstante, yo quiero comentar también un poco todas las posibilidades.

El que fuera una “vendetta” de la familia de R. Tomassoni es lo más improbable, estando de acuerdo con Graham-Dixon de que pasados tres años desde la muerte de Ranucio, y a una distancia entre Roma-Nápoles, que en aquella época no se hacía tan corta como ahora, y considerando que montar el operativo vengador no es tan fácil, son suficientes para dejar esta posibilidad como última. Además, los biógrafos de la época y posteriores nada sugieren en este sentido. Pero, no obstante, es una posibilidad.

En cuanto a las demás posibilidades se hace preciso hacer referencia a las palabras de sus primeros biógrafos. Para empezar es menester señalar, y esto es importante, que ninguno de ellos estuvo siquiera presente en Nápoles en esas fechas. Otros biógrafos ni siquiera habían nacido.

Volvamos al biógrafo sobre el que se basa la opinión más mayoritariamente considerada: Baglione. En base a la traducción del facsímil de los originales,  nos dice Baglione:

“Pero perseguido por su enemigo, le convino volver a la ciudad de Nápoles, allí fue finalmente localizado, fue en la cara tan fatalmente herido, que por los golpes no se le reconocía, y desesperado por la venganza…”

 Así por “su enemigo” se podría entender como alguien en concreto (El conde Della Vezza), o genéricamente como “el enemigo” (sicarios enviados desde Malta, quizá también por dicho Conde o por Wignacourt); aunque parece más bien lo primero. Al mismo tiempo, habla de “venganza”, lo que sí ayudaría a concretar más el autor, o al menos, el inspirador de esa agresión. Mas no olvidemos que la biografía de Caravaggio realizada por  Baglione no es especializada, sino una más entre muchas de pintores de su época, y que él, no conoció estos hechos directamente, se los contaron, o simplemente recogió algún rumor que se había propagado por Roma, por lo que no puedo confiar demasiado en su relato.

Todavía menos sabía el otro biógrafo posterior llamado Giovan Pietro Bellori, que ni siquiera conoció a Caravaggio por la sencilla razón de que no había ni nacido cuando suceden los hechos, y que también realiza una colección de pequeñas biografías de pintores, en la que dice por escrito 63 años después:

“…porque un día que se encontraba a la puerta de la Ostería del Cerriglio, le rodearon algunos  con armas que le golpearon y le hirieron en la cara.” De su obra “Le vite de’ pittori, scultori e architetti moderni, 1.672”

Aquí Bellori da el dato concreto de las inmediaciones de la Osteria, cosa que no dice Baglione, por cierto. Además, habla de “…alcuni con l’armi…”, que se ha traducido otras veces por esbirros, pero nada se dice de un caballero, pero sí da a entender que fueron unos enviados, porque en el texto previo  dice “de nada le sirvió mandar una media figura de Herodías” (por Salomé, confundiéndose Bellori), llevando una cabeza de San Juan en la conocida bandeja. Cosa que según Bellori realizó Caravaggio para aplacar la ira de Alof de Wignacourt. Así que Bellori estaría más por la teoría de un comando enviado desde Malta.
 
 
 
Este cuadro de Caravaggio que está en Madrid, Palacio Real, conocido por "Salomé", probablemente es el cuadro a que hace referencia Bellori, como el enviado para aplacar a Alof de Wignacourt.

A medida que nos alejamos de la fecha del suceso menor credibilidad.

Pero yo quiero poner más en valor el testimonio de Giulio Mancini, (éste señor era un médico y coleccionista, personaje importante en Roma, que conoció bien a Caravaggio), cuando pasados dieciséis días del “avviso” a que hemos hecho referencia, el 9 de noviembre de 1.609, escribía una carta a su hermano Deifebo, diciéndole:

“Michelangelo da Caravaggio se dice que fue asaltado por cuatro en Nápoles, y temen que haya quedado herido. Lo cual si fuera verdad…” Las noticias o rumores corrían rápido, pero no parecen muy iguales unas a otras y mucho menos detalladas.

De esta forma Mancini se hace eco de algo que se dice, lo que no es mucho, pero sí lo dice muy poco tiempo después de acontecidos los hechos, lo que para mí tiene más valor que los relatos de Baglione y Bellori.

El “sfregio” era el corte realizado en la cara para saldar una cuenta de honor o insulto que no requería la muerte. En torno a este acto vengativo sobre la cara de Caravaggio, y los relatos de Baglione y Bellori, Graham-Dixon hace girar los argumentos de que lo ocurrido fue la primera de las posibilidades. Comprendo que desde el punto de vista dramático es mucho más atractivo que otras posibilidades, que el Conde Della Vezza junto con otros, saliera de Malta, persiguiera a Caravaggio por Sicilia, y le atrapara en Nápoles para vengarse, con una paliza y un “sfregio”, pero eso para mí no está claro.

La pregunta es: ¿Por qué no mataron a Caravaggio en aquél momento? Si la “vendetta” hubiera venido de parte de los Tomassoni     –posibilidad tres-, parece que sería lo que debiera haber sucedido, por lo que, a las razones sugeridas para negar esa posibilidad más arriba indicadas, habría que añadir ésta.

Si los autores hubieran sido un grupo de hombres llegados de Malta –posibilidad dos antes mencionada- como un comando oficial de la Orden de los Caballeros de Malta para localizar a Caravaggio, lo suyo hubiera sido detenerlo en vía oficial como fugado, para después llevarlo a Malta y que cumpliera la sentencia pendiente, pues estaba en busca y captura (vde la entrada de 14-4-2012). Wignacourt quien gobernaba en Malta, era un muy importante representante oficial, y no parece lógico pensar que hubiera permitido una operación "sucia" contra Caravaggio.

Los argumentos de Graham-Dixon parecen sólidos para apoyar la primera tesis, no obstante, voy a poner algunos “peros”.

         Hasta el momento no nos consta documentación policial o judicial de los sucesos que se desarrollan supuestamente junto a la Osteria del Cerriglio. Todo se mueve en el terreno de lo privado y del rumor. Primero, Baglione, (si bien es cierto que parece seguir una secuencia de “enemigo” desde Malta hasta Nápoles y que habla de “vendetta”), no dice nada de “sfregio”, sino que fue fatalmente herido en la cara por los golpes y por eso no se le reconocía, (“…su nel viso cosí  fattamente ferito, che per li colpi quali più no si riconosceva”).
 
 
 
Detalle de Goliat del cuadro de Caravaggio "David con la cabeza de Goliat" que se encuentra en Roma, Galería Borghese, y que se piensa que se pintó tras los sucesos que estamos comentando. Es casi unánime el pensamiento de que el pintor se autorretrató en la cabeza herida y cortada de Goliat.

Baglione -que detestaba a Caravaggio, y que éste pensaba de aquél que era un mamarracho y un mal pintor-, como digo, Baglione pudo haber “interpretado las noticias” como la venganza de un caballero para desacreditar aún más el nombramiento como Caballero de la Orden de Malta que recibió Caravaggio, y debió recoger las noticias o rumores llegados a Roma, aunque quizá “cocinados” con un poco de tiempo. De hecho la obra de Baglione titulada : Le vite de’ pittori, scultori et achitetti. Del pontificato di Gregorio XII del 1572 in fino a’ tempi di Papa Urbano Ottavo nel 1642, aparece publicada nada menos que 33 años después de los hechos que refiere.

Es de valorar que a los pocos días de los sucesos, lo primero que menciona Mancini no es nada relativo a ningún caballero de la Orden de Malta, sino que cuatro tipos le “asaltan” y le hieren, tampoco dice nada sobre venganza. Y esto es muy sospechoso. Por tanto, desde el primer momento hay confusión. Así el “avviso” guardado en el Vaticano no aclara si Caravaggio ha muerto o está mal herido, y es muy escueto, sin ninguna explicación. Suponemos que la noticia debió llegar a Roma por carta o por alguien que estuvo en Nápoles, y contaría lo que vio, o le dijeron, y presumo, que se lo debieron contar a alguien próximo al círculo de Caravaggio en Roma, y no al de Baglione que escribió mucho más tarde sobre ello.

         Por otra parte, el resumido relato de Bellori, 63 años después nada menos, para mí no tiene mucho valor; pues probablemente hizo lo que hacen muchos biógrafos: basarse en los anteriores; y en este caso, el anterior era Baglione, que repito no es muy de fiar. Pero es más; es que Bellori tampoco habla de “sfregio” en concreto, sino –y tomo el texto también directamente del facsímil de su libro Le vite de’ pittori, scultori e architetti moderni -: “…mal trattato, e ferito nel viso”, es decir herido en la cara, lo cual no parece exactamente lo mismo que decir “que le golpearon y le acuchillaron la cara” como dice Graham-Dixon que a su vez se refiere a Friedlander en el libro de éste “Caravaggio Studies”. Ninguno de los dos viejos biógrafos, Baglione y Bellori, utilizan el verbo “sfregiare” (desfigurar). Por lo tanto la duda para mí sigue.

         Yo sugiero una cuarta posibilidad más natural, más vulgar, menos dramática si se quiere. Caravaggio se metió en la Osteria del Cerriglio en un nuevo altercado, cuyas causas desconocemos, y quizá fueran inconfesables, y a la salida, lo esperaron cuatro tipos para darle una paliza, y le pusieron el cuerpo a tono y la cara como una calabaza. No lo denunció, porque él mismo estaba en busca y captura. Lo dejaron mal herido pero no lo mataron porque no interesaba a sus agresores, que probablemente sabían que no podría denunciar, o simplemente porque no pudieron o no quisieron. Tras eso, fue llevado al Palazzo Cellamare en Chiaia (Nápoles) donde tenía protección de Constanza Sforza Colonna, y allí se intentó reponer de las heridas.

De alguna manera  la noticia, o mejor, el rumor llegó a Roma y se publicó el “avviso”. Mancini se hizo eco de eso, pero él sabía algún detalle más,  como que fueron cuatro los que asaltaron e hirieron a Caravaggio.

 Incluso cabe la posibilidad también que Caravaggio fuera robado, y todo se redujera a un caso común de robo con agresión en una estrecha calle napolitana cerca de la Osteria del Cerriglio.

No afirmo ni niego nada, de hecho, pienso que la versión primera de una venganza del Conde, con paliza y “sfregio” incluido, es muy apreciable. Algunos detalles como la ocultación de pruebas en Malta o el hecho de que el Conde Della Vezza se ausentara de la isla tras la fuga de Caravaggio son buenos indicios, pero las fuentes de sus primeros biógrafos, son sólo indicios, que serían insuficientes como pruebas ante un tribunal.

Los relatos de Baglione y Bellori, exceptuado Mancini, no me parecen muy fiables, ya que son muy resumidos y poco precisos. Si bien se piensa, el único dato concreto que tenemos de la agresión con proximidad temporal a la agresión es que fueron cuatro los asaltantes a Caravaggio.

Como muchos otros sucesos de la vida de Caravaggio, supuestamente aclarados, yo, lamento decirlo, el del “ataque junto a la Osteria del Cerriglio”, lo sigo viendo poco claro.

En resumen tenemos: Un primer biógrafo, Baglione, que escribe 33 años después y tiene una enemistad manifiesta con Caravaggio, lo que le inutilizaría como testigo en un proceso penal. Un segundo biógrafo Bellori, que escribe 63 años después, y que había nacido en 1613, unos cuatro años después de los hechos que relata, y seguramente teniendo a la vista el libro de Baglione. Igualmente tenemos a Mancini, que en una carta a su hermano se hace eco del rumor llegado a Roma al poco tiempo de los sucesos, y que es lo que más valor tiene para mi, aun no teniendo demasiado. Y finalmente, un “avviso” que no aclara mucho más allá de confirmar que a Caravaggio le pegaron una buena paliza.

Lo importante en este caso, es que a diferencia de otros casos relativos a la vida de Caravaggio, no se ha encontrado en Nápoles documentación policial o judicial, ni siquiera de personas particulares que hubieran visto o comentado lo ocurrido con proximidad al tiempo que ocurrió.

En cuanto al alcance de las lesiones de Caravaggio no las conocemos. El que “por los golpes no se le reconocía” no implica que le cortasen la cara, pero aún admitiendo eso, pudo haber sido por nuevas afrentas que nada tuvieran que ver con un Caballero de Malta. Es, por otro lado bien sabido, que golpes en los ojos, rotura del tabique nasal, pómulos, o en los labios, desfiguran la cara rápidamente.

¿Tiene este “thriller” mucha importancia para la pintura?

Pues relativamente. Pienso que fuera cual fuera el origen de las lesiones de Caravaggio, lo importante es que hubo lesiones graves, (el “avviso” llega a indicar que algunos piensan que había sido asesinado). Y pensamos que durante algún tiempo pudo estar impedido de pintar. ¿Cuánto tiempo? Es difícil decirlo ya que precisamente no sabemos el alcance real de sus lesiones.

A partir de ese momento suponemos que Caravaggio se reafirma en su decisión de regresar a Roma donde estaban sus calles conocidas, sus amigos,…Y para obtener definitivamente su perdón ante el Papa, tenía necesariamente que volver con cuadros…Dejaría entonces pasar en Nápoles el siguiente invierno y primavera, preparando su regreso a Roma.


Saludos a todos.


José L. Cestero Ramos (caravaggismo@gmail.com)

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