lunes, 28 de febrero de 2011

CARAVAGGISTAS: ORAZIO BORGIANNI Y CARLO SARACENI





        Entre los pintores caravaggistas que sí conocieron al Caravaggio, hay dos auténticos entusiastas, dos “hooligans” del Caravaggio: Orazio Borgianni y Carlo Saraceni. Son dos pintores aproximadamente de la misma edad que él; Borgianni (o Borgiani como se le conoce en España), nacido en Roma, cuatro años más joven que el maestro; y Carlo Saraceni, veneciano, nacido en 1570, casi de igual edad. Ambos lo adoptaron, como su líder, como su modelo.
        Borgianni es importante para la historia del arte español por el hecho de que estuvo dos veces en España. En su primer viaje en 1601, pudo haber tenido la pintura española, el primer, o de los primeros contactos a alto nivel artístico, con el claroscuro naturalista de Caravaggio. Los estudiosos de Velázquez saben que Borgianni fue una de las influencias en el genio sevillano, y no sería arriesgado decir que una de las motivaciones que le movieron a hacer su viaje de estudios artísticos a Italia. Borgianni volvió a España en 1605.
        Veamos una pintura de Borgianni:


Se trata de un Cristo muerto y tres dolientes que se encuentra en Florencia, Fundación de Estudios de Historia del Arte R. Longhi. Borgianni repitió el mismo tema, con algunas variaciones,  al menos en dos ocasiones más.


 
El autor de estas líneas en el Palazzo Venezza  de Roma con otra versión del estupendo cuadro.
Mantegna ya había resuelto con anterioridad y maestría, el tema del cuerpo yacente de Cristo desde una perspectiva frontal, pero Borgianni le da otro dramatismo. Veámoslo:
 
Borgianni todavía baja más la mirada, poniendo a la altura de los ojos esas plantas de los pies oscuras, variando un tanto la mirada en el cuadro de Mantegna, (cuadro que se encuentra en la Pinacoteca de Brera en Milán), que es un poco más aérea; no obstante, Borgianni toma buen cuidado en levantar la cabeza del Cristo para que no haya duda ninguna. Dentro de lo que eran cuadros devocionales, ciertamente trataban de dar algo innovador.

Hemos de decir, que a Caravaggio no le gustaba que le imitasen. Era celoso de su técnica naturalista, ni siquiera le caía bien Borgianni. Quizá lo considerase una amenaza, o quizá,  porque, al contrario, a su entender, era demasiado flojo como pintor para osar pintar como él. Pero Borgianni era un tipo temible, irascible y reñidor en un momento dado, y manejaba muy bien la espada... Quizá por eso Caravaggio no mostró más que una antipatía hacia él, pues era peligroso ir más allá de la antipatía, con alguien que manejara la espada mejor que tú. Se dice que Borgianni le pegó una paliza a bastozanos a un doctor en una discusión sobre un cuadro. Me gustaría saber qué cuadro era, porque no me extrañaría que fuera del Caravaggio.
Baglione, que hizo, bastantes años después, pequeñas biografías de muchos pintores que conoció, habló de Borgianni como de alguien agresivo pero en el fondo débil, fácilmente manipulado por la mala influencia de Caravaggio. Y aquí tenemos otro matiz más para incorporar al mito: Caravaggio interpretado como alguien maligno, “el anticristo de la pintura” llegó a llamarle Vincenzo Carduccio (conocido como Vicente Carducho en España). Bien, todo esto son anécdotas y no sabemos mucho de la evolución de esos personajes  con sus odios y amistades, variables de un día para otro. Lo cierto es que Borgianni fue un pintor considerable y merece ser recordado.

Borgianni murió unos seis años después que Caravaggio.
En España, el Museo del Prado tiene tres cuadros de él, que incluye un autorretrato aunque de discutida autoría.

Esta es una pintura de Carlo Saraceni. Se encuentra en la Galería Nacional de Arte Antiguo del Palacio Barberini en Roma. Es la “Virgen el Niño y Santa Ana”, pero hay un elemento más, muy interesante: atención a la paloma. Las figuras y drapeados toman relieve desde el negro absoluto.
Carlo Saraceni, fue un auténtico profesional en el sentido más comercial. Pintó bastante, tanto temas propios como copias, y copias de sí mismo, incluso frescos.
Baglione, siempre resentido hacia lo que tuviera que ver con Caravaggio, dijo de Saraceni, que pese a tener una promisoria carrera por su talento, la mala influencia, y el seguimiento del Caravaggio, le llevó a abandonar sus estudios, y su pintura  y estilo resultaba “débil”. Bueno, yo he visto cuadros de Saraceni y de Baglione, y, desde luego, no encuentro esa debilidad, al menos no una debilidad mayor que los cuadros del propio Baglione.

Saraceni imitaba a Caravaggio también como personaje, su forma de vida, sus ademanes, su afición a las armas, incluso se dice que también tenía un perrito negro (¡cómo no!) igual como tenía el genio…al que le había puesto el mismo nombre.
Veamos algún cuadro más de Saraceni.

Se trata de “San Gregorio Magno” que se encuentra en la Galería de Arte Antiguo del Palacio Barberini en Roma. Destaca un enfoque lateral y desde atrás, y un elemento común con al anterior cuadro visto: la paloma.
Dejar sólo apuntado, -porque de esto me ocuparé a fondo-, que cuando fue rechazado, (otro más), el impresionante cuadro de Caravaggio titulado “La muerte de la Virgen”, contratado para la Iglesia de Santa María de la Scalla de Roma, fue encargada la sustitución del mismo a Carlo Saraceni, que hizo otro cuadro, y que también fue rechazado (¡!), pero se le dio una nueva oportunidad y pintó otro más, que es actualmente el definitivo. Oportunidad que no tuvo el genio.


Esta Judith con la cabeza de Holofernes, iluminada con una  vela en el centro –el tema de la iluminación por vela lo vamos a observar en muchas ocasiones y autores-, con ligeras variaciones fue pintada al menos tres veces por Saraceni, y se pueden encontrar en Florencia, en la Colección Koelliker de Ariccia y en Viena. Curioso que la ayudante de Judith muerda la tela.
Personalmente me gusta más Borgianni que Saraceni, pero desde luego me caen simpáticos los dos.
Por último, relatar otra historia truculenta en que ambos pintores se vieron implicados:
La Academia de San Luca en Roma era una especie de colegio profesional  o gremio en el que se agrupaban los pintores y artistas. El presidente era Baglione (¿quién si no?). Caravaggio había huido de Roma en mayo ( quizá primeros de junio) de 1606 por el homicidio de Ranucio Tommasoni. Pues bien, un joven llamado Carlo Bodello, que había sido rechazado como miembro de la Academia por Baglione, y le habían impedido por tanto, entrar en la votación para la renovación de la presidencia, que detentaba Baglione, fue atacado por dicho joven a la salida de una misa con el ánimo de matarlo, cosa que no consiguió. Baglione fue herido en hombro, brazo y un dedo, pero pudo defenderse hasta que los separaron. Denunció Baglione, que el joven había sido instigado por los secuaces del Caravaggio, que no eran otros que Orazio Borgianni y Carlo Saraceni. Tras éstos, veía la mano negra, la “autoría intelectual” del Caravaggio con la promesa de que recompensaría a sus secuaces. El arma era el humillado joven Carlo Bodello. ¿Cuál sería el objetivo de esta presunta confabulación? Primero, hacerse con el control de la Academia de San Luca, segundo, y más sutil, la posibilidad de que el Caravaggio pudiera regresar a Roma por causa de los inestimables buenos oficios de la Academia de San Luca, que tenía la prerrogativa de solicitar un indulto “oficial” ante el Papa. ¿Fue todo esto cierto? El ataque sí lo fue, la acusación de Baglione a Borgianni y Saraceni también. El pensamiento y acusación de Baglione de que Caravaggio estaba detrás de todo esto, también lo fue. Que los caravaggistas, tanto pintores, amigos, como coleccionistas querrían la vuelta  a Roma del Caravaggio también. Pero de eso,  a que éste, que ya se encontraba fugado en Nápoles, tuviera la capacidad de organizar semejante tinglado, hay un gran trecho, creo yo.
José Luis Cestero (nobiliano@gmail.com)